Y por allí, qué te crees. Con perdón, ni saludo, por aquello de no ofender. Además, el único que me ha pillado en este retorno vespertino y espontáneo está en Londres, en plan confidente.
¡Qué llevo unos días más virtual de lo normal y hoy me ha dado por entrar! A ver qué sensaciones recupero.
Pese a lo que me gusta escribir, contar, inventarme, imaginarme, sigo prefiriendo la complicidad de un sofá, una cama frente al mar, un cigarro en la terraza, un paseo sin destino fijo.
Este recuerdo de madurez está bien. Ha sido excitante el reencuentro, pero he de pensármelo.
Por si acaso, y para no ofender, geroarte. O hasta dentro de un rato.
De aquí vengo. Desconozco el camino que se abre. Jejejeje.
Contra mi entropía
Hace 16 años